No el densamente poblado Coruscant. Arkanis o Parnassos, entonces. Esa es mi nave. Dawson —Ya no lo es. Quisiera jalarlo con gusto. Gotitas de sudor resbalan por el cuello de ella mientras lo mira sobre su hombro.
Aparece una nave donde no debe estar, la reclaman y disponen de la persona inconveniente en el interior. Ahora camina. Largos pasillos terminan y se intersecan, turboascensores que suben y bajan hacen que le resulte imposible recordar su ruta. Ella sabe que no va a dispararle, pero tiene que seguirle el juego. Manos a la cabeza. Y eso no es bueno para Vi. Instalaciones de primera. Bueno, dos usos, si se cuenta la tortura. Tiene que haberla. Pero eso significa que tiene que encontrar una manera de sobrevivir a este interrogatorio con su mente y su cuerpo intactos.
Parece una respuesta natural. Esto no es oficial. Depende de ti. Su captor se le queda viendo. Esto es lo importante. Algo se desliza sobre la cabeza de ella, raspando la parte superior de sus orejas. En lugar de disiparse, corre por su espina dorsal, produciendo efervescencia en sus nervios como si quemara la punta de sus dedos de pies y manos. Aprieta los dientes con dolor y por un largo momento es incapaz de separarlos. Ni por mucho. Es apenas una probada.
Siente como si se hubiera quemado el lugar donde la banda de metal descansaba contra su frente. De nada. Cuando llega la electricidad, lo hace con fuerza, y es todo lo que puede soportar. No parece tan acostumbrado a los interrogatorios como quienes hacen este tipo de cosas con frecuencia.
Tal vez nunca lo ha hecho. Y ahora quiero saber todo lo que sabes de ella. Tiene que decirle algo o va a quebrarla, y pronto. La sangre y la bota no son del mismo rojo, tal como a Brendol Hux le hubiera gustado que fueran.
Dime de ella o esto va a empeorar mucho. Puedo contarte sobre ella. Vaya que he escuchado historias. Su captor se sienta en una de las sillas, con los brazos cruzados.
Una historia. Vi empieza a hablar. Siv, trae los detraxores y extrae su esencia para que aun muerto proteja a nuestra gente. Por fortuna, ella no tuvo que elegir. Todos se dieron vuelta para ver a quien hablaba. Dawson Porr se rio burlonamente. Pero no era la de Keldo. Era la hermana de Keldo, Phasma. Tu hermano no vale nada para el grupo y lo sabes. Se estaba volviendo lento. Quienes estaban indefensos entre los scyres se retiraron para pegarse contra las paredes de la cueva.
Era raro ver a dos guerreros luchar, sobre todo cuando no era algo de vida o muerte para la banda. Fue la de Keldo. Porr estaba jadeando ahora, con los ojos muy abiertos y redondos mientras trataba de ponerse de pie sin lograrlo.
Ninguna de tus opciones te van a gustar. Trae al sanador. Puede arreglarse. Phasma y yo gobernaremos ahora. Cualquier otra persona que desee desafiarnos puede dar un paso al frente. Lo trataremos de la misma manera que a Porr: con justicia y de acuerdo con la ley.
Una vez neutralizada la amenaza de Porr, Phasma se dio vuelta para encarar a los habitantes del Scyre, que se arremolinaban contra las paredes de la cueva. Cuerpo al cuerpo, polvo al polvo. Siv le dio la piel curtida a Keldo con una ligera reverencia.
Esto es personal. Realmente personal. Cuando amaina, ella colapsa. Aclara su garganta quemada—. Digamos que te lo cuento. Encontrar una ruta de escape. Tal vez si le dice lo que quiere saber de Phasma puede exponerlo a algunas horribles verdades relacionadas con la Primera Orden en general. Cada detalle. Pero comprende que no tienes esperanza de irte si no quedo satisfecho. Lo que debe preocuparte es decirme lo que quiero saber.
Cardinal asiente y estira su mano como si quisiera estrechar la de ella, pero, bueno, la tiene amarrada a una silla de tortura. Bueno, hora de regresar al suelo nivelado. Lo primero que ella nota cuando coloca el casco rojo sobre la mesa es el pelo sudoroso, corto, de color negro azulado. Pero, no te preocupes. Regresemos a Phasma. Insultarme no va a servirte de nada.
Si no fuera verdad, no te hubiera dado tanto coraje. Vi ha recibido entrenamiento en la lectura de microexpresiones. Sus dedos recorren el control remoto, pero seguramente lo han programado con un excelente autocontrol. Sin embargo, parece presa de una lucha interna. Y eso significa que sabes que he estado en combate y que no me agobia matar a mis enemigos. Ni siquiera conozco tu nombre real, si alguna vez has tenido uno. Eres un recluta ideal. Un soldado perfecto. Te lo juro. Se acerca a ella, pero no en plan amenazador, sino con una especie de fervor religioso.
A ellos no les preocupas. No les preocupa nadie. Ellos medran en el caos. Dawson Vi resopla. La Resistencia busca la libertad. Trata de hacer lo correcto y detener a los abusivos y a los tiranos. La Resistencia recompensa a las personas buenas que desean ayudarla. Alguien simplemente quiere que pienses eso. Me sorprende que lo creas.
Y que ella no lo haya borrado por completo de tus mapas. Ahora Cardinal se burla, seguro de que la ha tomado desprevenida. Yo era su guardia personal. He visto la evidencia con mis propios ojos. Tiene dolor en cada una de las partes de su cuerpo.
No puede escaparse del olor de su propia carne quemada. Pero debe continuar. Tiene que darle lo que quiere, pero necesita tomarse su tiempo y, con suerte, tal vez ganarlo para su causa. O por lo menos evitar que la mate. Primero, necesitas conocer la historia de Phasma. Cardinal sacude la cabeza. Ve a la parte del General Hux. Algo para atraparla. No tengo manera de saber lo que al final pueda ser importante.
Eso resulta excelente, porque de todos modos es lo que Vi estaba por hacer. Necesitas escuchar toda la historia. Vi mira a Cardinal a los ojos con dureza, para obligarlo a comprender. Juntas, jugaban alegremente en el piso de la cueva Nautilus, cuando estaba seca. Los claws eran una banda de guerreros locales liderados por un dug particularmente malvado de nombre Balder.
La gente estaba relajada y trabajando. La idea hizo que la sangre de Siv hirviera. Phasma estaba preparada. De la misma manera, sus guerreros saltaron de sus hamacas, armados y despiertos, listos para pelear. Su bulto estaba lleno de mantas rasgadas.
Ya no veremos a Balder por un buen rato. Si volvemos a verlo. Siempre suponemos que las heridas se infectan por el agua, pero me di cuenta de que es por el liquen de las rocas. Ni siquiera la sangre de los dugs puede contener el veneno.
Y te lo estoy diciendo ahora. Siempre lo hacemos. Pero la pelea es mi especialidad, hermano, y hoy peleamos. Incursionar en sus asentamientos. Tomar su territorio. Encienden una hoguera por la noche para cocinar sus alimentos y calentar sus cuerpos. Somos buenos y fuertes, pero no asesinos.
Debemos usar este periodo de fragilidad para forjar una paz con la gente de Balder. Hago lo que debo hacer para sobrevivir. Pero para Phasma no representaba paz. Ahora dime algo que pueda usar. De haber sido por ella, hubiera matado a cada uno de los claws. Esa es la clave para tenerlo de su lado. El control remoto nunca ha estado lejos de la mente de Vi. Ella pasa saliva audiblemente, separando los labios agrietados. Estoy seca, y al mismo tiempo sentando las bases para las historias realmente jugosas.
Cardinal niega con un dedo. Esto es un interrogatorio, no una fiesta. Vi se asegura de jadear cuando Iris flota enfrente de su cara. Dawson —No es necesario que lo diga, pero no te muevas. No trates de escapar. Me llevo el control remoto. Voy a dejar a Iris y a cerrar la puerta con seguro.
Ella le lanza una sonrisa que le parte los labios. Es terrible. Es un dispositivo de tortura. Pero no piensa hacerlo. Dentro de su cabeza hay oscuridad y calor, una cueva placentera donde puede descansar. Se despierta sobresaltada cuando la puerta se desliza para abrirse y se cubre de rojo brillante.
La dieta habitual de los troopers. Huele a muerto. Cardinal se quita el casco y lo coloca de nuevo sobre la mesa. No importa. El agua tiene un sabor falso, como si estuviera repleta de vitaminas y medicamentos, pero no es necesariamente mala. Puedes enfermarte. En realidad, resulta una sorpresa encontrar que alguien que trabaja para la Primera Orden puede ser agradable; Vi esperaba un abusivo furioso, adoctrinado, con el cerebro lavado. Por lo visto hasta ahora, su personalidad es muy diferente de lo que ella sabe de Phasma.
Bueno, tal vez deba quejarse un poco. Hechos de animales y plantas reales. Con esas cosas locas llamadas especias y sal. No me preocupa mi paladar. Vi sacude la cabeza y se toma un momento para pensar en la respuesta correcta. Estoy bajo contrato y ofrecieron pagarme por lo que hago mejor.
Me atrapaste. No puedo trabajar para los malos. La sonrisa de Cardinal desaparece. No hay moral. Primera Orden. Traer igualdad para todos.
El principal objetivo de la Primera Orden es la estabilidad. La estabilidad asegura el progreso para todos. Ese es el objetivo del gobierno. Sus ojos dorados brillan. Vi las traga, odiando todo eso. Los otros chicos eran crueles, los adultos eran peores. Ignora a los pobres planetas lejanos y canaliza el dinero a los ricos que pueden permitirse una voz en el Senado.
Nunca va a ser justo. Pero eso no significa que Brendol Hux fuera bueno. Cardinal se pone frente a su cara; ella quiere apartarse, pero no puede. Como si su furia brotara de sus poros porque es incapaz de concentrarla en su verdadero blanco. Esta furia puede destruir a un hombre. O puede aprovecharse.
Una herramienta para el bien mayor. Le dificulta concentrarse. Ella se aclara la garganta. Estaba por llegar a la parte de Phasma y Brendol. La electricidad no es tan personal. Ella no dice una palabra, no empieza su historia. Necesita esa agua. La droide lanza pitidos urgentes, como si le leyera la mente. Cardinal juguetea con la pantalla en la pared. Vi guarda silencio. Al final, satisfecho con cualquier cosa que haya encontrado, le trae el agua y espera a que ella cierre los labios alrededor del tubo y beba.
No sabes nada. Sin embargo, Cardinal lo sabe. Cardinal lanza el control remoto al aire y lo atrapa. Y de Brendol Hux. Vi traga saliva, se aclara la garganta y empieza a hablar. Phasma no detuvo sus preparativos. No voy a dejar pasar la oportunidad de ofrecer una mejor vida para nosotros porque no quieres meterte en una pelea de gritos con ese tirano.
Si todos trabajamos juntos en lugar de pelear, tendremos una mejor oportunidad de sobrevivir. Debemos atacar ahora, mientras no puede contraatacar.
Esas tierras deshabitadas no pertenecen a nadie. Es hora de tomar un riesgo. Necesitamos esa nave. Toma a tus guerreros y ve donde ha aterrizado la nave.
La paz debe mantenerse a toda costa. Esa nave era su mayor esperanza. Partieron de inmediato. Hamacas de red, cobijas y abundantes armas. Picos y equipo de rapel. Considerando el peligro de cortes y abrasiones, llevaban gruesos guantes y botas de piel, con garras en las puntas para ayudarlos a cavar en la piedra. Gosta era la primera de la fila, gracias a su agilidad y ligereza. Estoy contigo. Si Gosta hace bien su trabajo, no las necesitaremos.
Los doce scyres se pusieron en cuclillas y sacaron mazos, cuchillos, hachas y lanzas. Ya no estaban en terreno seguro. Si te topas con alguien que no sea un scyre, lo matas. Lo positivo de este problema era que el enemigo estaba de igual manera limitado. Por ello Phasma y los scyres se dieron cuenta de que se acercaban a una circunstancia inusual. El propio Balder estaba gritando. Estaban subiendo a cinco figuras a la meseta, desde la tierra de abajo. Era arena. Era un hombre.
Los scyres se agacharon para evitar que los detectaran entre la multitud. Ambas se sacudieron con una risa callada. He perdido a varios de mis propios hombres en esta horrible tragedia.
Phasma hubiera preguntado lo mismo. El droide tradujo las palabras de Balder para Brendol. Los tres soldados de blanco asintieron. A pesar de ello has invadido nuestro territorio. Los peleadores entre los claws de Balder estaban igualmente listos.
Brendol Hux paseaba la vista de Phasma a Balder, pero no como si estuviera preocupado. No, era como si tuviera curiosidad. Trabajemos juntos para mantener la paz para todos — dijo Phasma, aunque Torben puso una mano en el hombro de ella como advertencia. Los soldados de Brendol apuntaron sus armas a Phasma. Los llevaremos a su nave. Phasma estaba realmente en su elemento. Pronto, los restantes guerreros scyres avanzaban de prisa, de regreso a casa.
Phasma es grande. Carece de honor. A la Primera Orden no le importa nada de eso. La droide lanza un pitido para hacer una pregunta. No encuentro una sola marca negra en tus registros.
Tienes tus principios y te apegas a ellos. Eres un gran soldado. Practicas lo que predicas. De cualquier manera, yo gano. Ni siquiera yo puedo encontrar algo malo en eso. Y quisiera encontrarlo. Ni siquiera he llegado a lo bueno. Fue un regreso lento. Los guerreros estaban cansados. Todas sus preguntas eran acerca del planeta como un todo. No hay ciudades. Y tal vez ciudades. Phasma niega con la cabeza. El planeta aparece en las listas como deshabitado, pero el resto de los archivos fue borrado.
Por eso estamos ansiosos de irnos contigo. Brendol se puso muy tieso. Siv y sus amigos estaban explorando constantemente las fronteras, esperando que aparecieran los claws y reclamaran su recompensa. Phasma iba al frente, con Torben y Brendol a su lado, y el resto de sus guerreros ayudaban a los troopers de Brendol a recorrer los abismos en sus armaduras. Un contingente de guerreros resguardaba la entrada de la cueva. Phasma y Brendol pasaron entre ellos y entraron lado a lado, seguidos por los stormtroopers, a quienes les permitieron conservar sus armas y trataron como invitados valiosos.
Torben, Carr, Siv y Gosta los siguieron. Primero para ti. Tal vez representaba la manera de Phasma de afirmar: «Te lo dije» enfrente de todos los scyres. En ese aspecto, era incapaz. Te presento a Brendol Hux y a sus soldados. La voz de Phasma fue dura. Y por lo menos doce claws. Matamos a una docena de sus mejores guerreros y reclamamos esta recompensa de manera justa. Brendol Hux es nuestra mayor esperanza para el futuro. Todos estaban sobre un nuevo terreno… algo raro en el Scyre.
Esto es para bien. Mis guerreros y yo llevaremos a Brendol Hux y su gente a encontrar esta nave. No hay rocas, ni agua.
Hemos perdido a varios de nuestros propios guerreros, y veo que las heridas entre nuestros hombres restantes ya empezaron a enconarse. Nuestra gente ha luchado y muerto para proteger esta cueva y esta tierra. Cardinal se encoge de hombros. En primer lugar, ella era leal a su gente. Pero, como lo has descrito, eran iguales. Vi aprecia el cuidado que Cardinal pone en su respuesta.
Es algo raro encontrarse a alguien con deseos de desafiar sus propios prejuicios, sobre todo en un tema tan importante como este para Cardinal. Yo soy leal a la Primera Orden y lo que sucede entre nuestras filas.
Cualquier cosa que haya sucedido antes de que Phasma nos jurara lealtad no es de mi incumbencia. No tengo manera de conocer los pormenores de su cultura y su estructura de liderazgo. Pero necesito un medpac. Cardinal se inclina hacia delante y sacude la cabeza. Dawson —Primero un medpac. Necesito estar fortificada para esta parte. No te va a gustar esto. Cardinal se pone de pie para revisar las lecturas en el panel que se encuentra junto a la cabeza de ella, el que monitorea sus signos vitales.
La droide lanza un pitido renuente. Si intentas algo, el trato se rompe. Antes de que se abra, Vi dice algo, cuidadosamente elegido para preocuparlo. Una sucia, ignorante, desesperada y traidora villana de una colonia moribunda, que deseaba hacer lo que fuera para salir de su planeta. Casi no sabe nada de ella, pero todo lo que Vi ha dicho suena cierto.
Una idea secundaria. Mientras avanza hacia el comedor, las palabras finales de Vi resuenan en su cabeza. Por supuesto. Ese era el mejor de los escenarios. Cardinal, voy a nombrar un nuevo guardia personal. Ya le he asignado una suite separada. Y ahora debo ir a asegurarme que nuestra otra nueva recluta empiece con el pie derecho. Tengo grandes expectativas para estos guerreros de Parnassos.
Tal vez este hombre envejecido simplemente estaba exhausto de cualquier cosa que hubiera sucedido en el planeta de Phasma. Porque eso era lo que Brendol y la Primera Orden necesitaban. Yo no conozco el camino. No es en balde que los pasados destinos de Vi le hayan recordado algo. Hasta hoy. Se mueve entre sus soldados, contesta con un movimiento de cabeza a quienes lo saludan con deferencia.
Ella sabe algo sobre Phasma, algo que puede ayudarlo. Hay algo peligroso en ella, algo que es amenazante para la Primera Orden. Sus cabellos cortos muestran el sudor del entrenamiento. Ellos han emergido de sus propias cenizas.
Cardinal siente una oleada de orgullo. Este, precisamente este es el objetivo de la Primera Orden. Hasta donde concierne a Cardinal, cualquiera que se opone a los obvios beneficios de la Primera Orden es un tonto. Se desliza en su cuarto, toma su lugar ante la pantalla y se relaja mientras absorbe el mensaje. Nadie puede desafiar a la Primera Orden y sobrevivir. A pesar de su naturaleza obviamente rebelde, ella tiene algo que le atrae.
Cuestionarla independientemente representa una apuesta. Dawson dentro de la Primera Orden. Por lo menos, Iris ha cubierto sus huellas. Tal vez.
Es una pena con Armitage. Pero Cardinal va a cambiar eso. El turboascensor se abre. Este piso inferior… bueno, evidentemente le han asignado sus usos, pero no representa las mejores partes de la Primera Orden. Ni siquiera los troopers asignados a las tareas de limpieza tienen asignadas labores en estas profundidades del gigantesco destructor estelar.
Se queda parado fuera del cuarto, con las provisiones en la mano, tratando de contener sus emociones. Tiene que parecer amenazador pero mantenerla contenta, hacer que siga hablando. No puede perder el control y herirla… demasiado. Phasma representa malas noticias. Exactamente como eso. Por fin estamos llegando a la parte importante. Todo es parte de la historia.
Todo es parte de la leyenda. Ella sabe que lo tiene enganchado. Cardinal se queda muy quieto. Todo lo que ven es su cromo pulido. Nadie sabe algo de ella. No puedo quitarle el traje para buscar pistas. Ella no habla con nadie, nunca ha confiado en una sola persona. Que la leyenda es en realidad una mentira. Cardinal ha quedado de pronto frente a ella. El fervor quema sus ojos oscuros. Para acabar con ella. Siv estaba atravesando por su propia crisis en ese momento.
Sus guerreros la siguieron sin cuestionar, pero la consideraron una movida arriesgada. Al untarla sobre la piel nos aseguramos de mantener lo mejor posible la salud, protegidos de los elementos.
Alguna vez las usaron en animales, para alimento. Y he hecho algunas mejoras. Es sagrado. Es como se mantiene a tu gente fuerte, aunque los abandones. La chica estaba asombrada con Brendol y sus troopers, igual que lo estaba con Phasma y sus guerreros. No los tenemos. Simplemente agregamos los nutrientes vitales a nuestra comida para permanecer fuertes. Pero te aseguro que no vienen de seres humanos. No hay que avergonzarse de usar cada ventaja para permanecer vivos.
Es similar a un detraxor de humedad. En Parnassos, donde todos luchaban para sobrevivir, esas formalidades se reservaban para raros casos de rituales o liderazgo, como el pronunciamiento de Keldo desde su trono en la Nautilus. Lo razonable es que esa tierra se extienda hasta las rocas.
No sabemos si los otros cinco troopers sobrevivieron. Caminamos hacia la meseta porque vimos humo, lo que significa gente.
Se mete por todos lados. Se desliza dentro de tus ropas y tus botas. Pero estamos seguros de que hay una mejor vida entre tus estrellas. No estamos de descanso. Los guerreros de Phasma intercambiaron miradas. Era una nueva manera de hacer las cosas y no sentaba bien con la gente libre del Scyre. Era un hombre torpe, como ya lo sabes, con vientre prominente y cara de desprecio, y tropezaba mientras caminaba y se iba acostumbrado a las nuevas herramientas. Era una masa densa, de color verde negruzco.
Estaban acostumbrados a conocer los planes secretos de Phasma, aunque Keldo no los supiera. Los scyres tuvieron que usar todas sus herramientas y sus trucos para recorrer los peligrosos bordes de la torre de roca dentada.
No era frecuente que tuvieran la oportunidad de ver algo totalmente nuevo por primera vez. El sol alcanzaba su cenit y el aire empezaba a calentarse. Ahora el sudor empezaba a resbalar hasta sus ojos y por sus espaldas. Cada dedo de sus pies y manos estaba metido en una hendidura de la roca. Sus brazos empezaron a doler y arder, los dedos curvados de sus pies empezaron a adormecerse en sus botas.
Uno por uno, los guerreros y troopers aterrizaron en la arena. Su risa de detuvo de pronto. Phasma se puso de pie. Y un poco embarazoso. Cada desierto tiene insectos sedientos de humedad. Sin embargo, estoy de acuerdo: es mejor permanecer lejos y no darles lo que quieren.
Las partes limpias destacan en este desierto gris. Ya estaban un poco sucios por su recorrido, pero los troopers estuvieron de acuerdo. Se elevaba en grandes dunas con patrones de olas de viento y se desplomaba en valles profundos. Encontraremos lo que necesitamos o no.
Sus palabras hicieron que los scyres se sintieran nerviosos. Y no de buena manera. Por lo menos no es la fiebre. Mantente alerta. Si es contagioso, necesitamos tomar precauciones. Sin embargo, los scyres no hablaban en voz alta de sus preocupaciones. El sol no era tan amable como antes. Me veo terriblemente guapo. El viento era fuerte en la cima. Era como combatir con el mismo enemigo una y otra vez, sin tener nunca un punto de apoyo; a decir verdad, era como su antigua vida en el Scyre.
De muchas maneras, era un infierno inesperado para una persona forjada en el crisol de la lucha. Crecimos tan acostumbrados a nuestros speeders, nuestras naves, nuestros hiperdrives.
Dawson El sol se estaba poniendo cuando bajaron tropezando de una duna hacia el valle, enfriado por la sombra y donde susurraba un viento atemorizante. Cada gota cuenta. Tengan cuidado con sus provisiones. Si dormimos juntos conservaremos el calor corporal. Conserven sus recursos. Los tres soldados con armaduras se quitaron sus cascos por primera vez. Fue el primero en quedarse dormido.
Sus guantes estaban demasiado apretados sobre sus manos hinchadas y casi tuvieron que cortarlos con un cuchillo. Lo jalaron para que se pusiera de pie. Los atacantes estaban cerca ahora, seis de ellos arrastrados por seis lagartos. Los cinco skimmers restantes no retrocedieron. Era un ser humano como cualquier otro. Una mujer joven, como ella. De piel ligeramente bronceada, pelo largo y trenzado bajo sus envolturas. Limpia y sana. Hasta los dientes de la mujer estaban intactos.
Cuerpo al cuerpo. Polvo al polvo. Tuvieron cuidado de apartar a los escarabajos, aplastando las cosas perniciosas cuando fue necesario y sin dejar nunca que se acercaran a su piel.
Cada uno de sus atacantes llevaba bolsas que colgaban de su cadera. Los lagartos resultaron ser un recurso especialmente rico. Necesitamos irnos antes de que alguien venga a buscar a esta gente. Fue como si su piel se hubiera disuelto. No puede reclamarse.
No puede nutrir a su gente. Ahora depende de nosotros. Debemos preparar lo que podamos e irnos. Carr fue un buen amigo y un gran guerrero. Mientras dejaban los cuerpos en la pura piel, encontraron una caja de madera labrada que colgaba del cuello de cada uno de sus atacantes. Los troopers se unieron a Torben para aplastarlos. En general, lo consideraron un buen augurio. Ella estaba contenta de no poder ver en el valle los restos de su amigo. Pobre Carr.
Era un lugar solitario. Una y otra vez quedaron decepcionados. No sabemos nada de este lugar. Animal o mineral, lo descubriremos. Mantengan listas sus armas —dijo Phasma. No era necesario que lo dijera. Sus guerreros estaban bien entrenados. Sin embargo, no actuaba como un animal: no se agitaba, resoplaba ni parpadeaba con ojos grandes y amarillos a los invasores. Cada nervio de sus cuerpos bien afinados les indicaba que se alejaran de ese infierno. Brendol era curioso, y necesitaba respuestas.
Sus ojos rojos estaban clavados en el grupo. Gosta le pisaba los talones y Siv y Torben las siguieron. Su piel era gruesa y rugosa. Otro rayo le dio en las costillas. Dos disparos a cada uno y quedaron muertos.
Una hoja limpia hace un corte limpio, el fuego cauteriza la herida y el linimento evita mayor contagio. Phasma dio un paso adelante. Dawson —Este conocimiento mantiene viva a nuestra gente. Pero haces que suene como algo malo. Esta es nuestra vida. Por esto es por lo que mi gente es fuerte.
Brendol lo dijo como si fuera una especie de prueba. No tuvo suerte y ahora se ha ido. Quienes sobrevivimos debemos seguir con nuestra vida. Siv estaba contenta de que no se esperara que usara el detraxor en los perros sucios.
Mi rango es de general, muy parecido al tuyo entre tu gente. El resultado final es el que ves ante ti. Sus guerreros asintieron como respuesta. Nada cercano a la voz recortada y propia de Brendol. Todos estamos nerviosos. Tanto en el campamento de casa como cuando nos sentamos como centinelas. Ambos suspiraron con alivio.
Guardar duelo por el pasado arriesgaba la vida de todos en el presente. Ni siquiera seres humanos. Espero que vengan conmigo. Los hemos estado esperando desde hace mucho tiempo. Brendol Hux se estaba muriendo. Es demasiado tarde. Eso se ve mal. Alabados sean los creadores. Ha avanzado demasiado. No importa el costo. Siv y los guerreros scyres miraron a Phasma. El droide iluminaba el camino. Nadie hablaba. El amanecer apenas empezaba a iluminar el cielo cuando el droide se detuvo ante una duna especialmente escarpada.
Los vientos son brutales. Un momento. Los guerreros scyres intercambiaron una mirada de suspicacia mientras el droide cavaba alrededor de la duna. Por favor, entren para que pueda cerrar la puerta y evitar que entre soplando demasiada arena. Estaba encerrada, totalmente incapaz de ver el cielo. Con el tiempo, los condujo a otro cuarto abierto lleno de maquinaria. Ya casi se ha ido. Estaremos al otro lado del pasillo.
El droide los condujo a una sala dominada por una mesa larga con varias sillas. Siv y los scyres dudaron, pero los troopers se quitaron los cascos y empezaron a comer y beber. El agua era abundante y fresca. Si estos droides nos quisieran muertos, nos hubieran matado en el desierto.
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